"Your faith has got to be greater than your fear".
Julian Casablancas
11th Dimension
Kings of Convenience - Boat Behind from françois nemeta on Vimeo.
Moving on, moving around
Till we spend this time
Chasing the other's tail.
Este era uno de mis cuentos favoritos cuando era pequeña, recuerdo -y yo no suelo recordar mucho de mi tierna infancia- haber hecho miles de dibujos de caballos que no eran tan caballos, pero que definitivamente a mí me parecían bien bonitos porque tenían todos los colores que podía encontrar en la cajita Prismacolor.
El cuento está completo en el portal de Ficción Breve junto a otros 12 cuentos clásicos venezolanos. Dejo acá ese comienzo que a pesar de mi versión aún no descubierta por la ciencia de alzaheimer selectivo, no se me olvida más.
La historia de un caballo que era bien bonito
Aquiles Nazoa
Yo conocí un caballo que se alimentaba de jardines.Todos estábamos muy contentos con esa costumbre del caballo; y el caballo también porque como se alimentaba de jardines, cuando uno le miraba los ojos las cosas se veían de todos los colores en los ojos del caballo.Al caballo también le gustaba mirarlo a uno con sus ojos de colores, y lo mejor del asunto es que con los ojos de ese caballo que comía jardines se veían todas las cosas que el caballo veía, pero claro que más bonitas, porque se veían como si tuvieran siete años. Yo a veces esperaba que el caballo estuviera viendo para donde estaba mi escuela. El entendía la cosa y miraba para allá, y entonces mi hermana Elba y yo nos íbamos para la escuela a través de los ojos del caballo.¡Qué caballo tan agradable!
Escribí por primera vez la fecha: 01 de enero de 2010.Imagino mi viernes en esa nueva década como si fuera un recuerdo. Logro sentir mi desconcierto trasnochado con rescoldos de alguna fiesta del fin del mundo. Me veo pensando en ese cielo que me espera, y que ya no es más celeste, mientras contemplo una vieja postal de la Vía Láctea. Siento algo de la ansiedad que me genera pensar en la maleta, el café, los impuestos, las despedidas... y en cómo una vez más el prometedor futuro se me hizo tan rápido un antiayer.
Imagino un recuerdo y aunque no me guste, no sé cómo evitarlo.
*Enlace a la imagen y sus respectivos créditos aqui.
Sales de tu casa, vas tarde y aunque eso ya es una norma más que una excepción, de vez en cuando te descubres echando unas corriditas para cruzar la calle, para atrapar al colectivo. Tienes sueño, hay un sol radiante, pero es de utilería, la primavera anda esquiva... y para hacerlo más interesante, tienes un dedo cortado al que le pusiste tantas vendas que parece que vistiera un pequeño turbante. Rebanadores de queso, be afraid.
El dedo se ve elegantísimo y te da risa, piensas que se hizo musulman y que llevarlo en alto así como lo llevas es un manifiesto en pro de la libertad de culto, pero su inhabilitación temporal te hace la persona más torpe sobre la faz del planeta; tu peinado está a medio hacer, tu abrigo a medio cerrar, tus habilidades se reducen a la mitad y todo el esfuerzo se dobla... ¿te has dado cuenta de todas las veces que uno se moja las manos al día? ¡son millones! ¿sabes lo incómodo que es tener un dedo que por su religión no puede mojarse?
Una vez en el colectivo, no buscas un playlist en el iPod aprietas cualquier botón para que simplemente suene, lo más simple, lo que menos pulgares requiera. El azar y Smashing Pumpkins te salvan la vida. Cherub Rock. Qué importante es tener el soundtrack adecuado para cada momento de la vida y estár dispuesto a dejarlo sonar y dejarlo hacer lo que mejor sabe hacer. En esto tu dedo y tú están completamente de acuerdo, a veces el shuffle just knows better y no hacen falta dos pulgares retráctiles para volverse a poner de buen humor... just freak out and give in :)
La muerte no es más que un viaje, semejante al que realizan dos amigos al separarse para atravesar los mares. Como aún se necesitan, ellos siguen viviendo el uno en el otro y se aman en una realidad omnipresente. En dicho divino espejo se ven cara a cara, y su conversación fluye con pureza y libertad. Tal es el consuelo de los amigos: aunque se diga que han muerto, su amistad y su compañía no desaparecen, porque estas son inmortales.
Resulta que uno tiene que estar buscándose todo el tiempo, seguirse la pista, correr cuando creemos vernos a lo lejos doblando una esquina y firmemente mantener la certeza de que alguna vez podremos encontrarnos.
Resulta que día a día tenemos que ir aprendiendo a afinar nuestras técnicas para poder aproximarnos con sigilo a nuestros yos distraídos sin causar grandes sobresaltos; que tenemos que reconocer que en algún momento podemos confudirnos a nosotros mismos con otro, porque dejamos los binoculares en casa o porque por esos tiempos nuestra personalidad era no tener personalidad propia.
Resulta que tenemos que saber que la búsqueda no termina, ni siquiera cuando nos alcanzamos y tomándonos luego miles de tazas de café tenemos la conversación más lúcida de nuestras vidas en la que nos parece que lo entendemos todo, y que finalmente tiene sentido y que somos felices.
Resulta que tenemos que saber que en algún momento ese diálogo termina y nos despediremos de nosotros mismos prometiéndonos vernos más seguido, llamarnos por teléfono, mandarnos mensajitos... y en el momento en que nos demos vuelta nos comenzaremos a alejar otra vez.
Semanas más tarde, cuando no tengamos razón de nosotros, nos sabremos perdidos de nuevo y comenzará esa búsqueda que no termina, esa que no hay que dejar que termine.
Habiendo visto con qué lucidez y coherencia lógica ciertos locos (delirantes sistematizados) justifican, ante sí mismos y ante los demás, sus ideas delirantes, he perdido para siempre la segura certidumbre de la lucidez de mi lucidez.
Fernando Pessoa.