De Tomás Eloy Martínez

Hace un año murió Tomás Eloy Martínez.

Estaba en un taxi atravesando Juan B. Justo cuando leí la noticia en Twitter. Recuerdo haber explicado quién era Tomás Eloy, recuerdo el taxista se unió espontáneamente a la conversación (como cosa rara en Buenos Aires) pero no logro recordar quién venía conmigo en el taxi. Mi memoria a veces es buena, otras veces no tanto... muchas veces no tanto... cada vez más seguido. De tanto acostumbrarme a olvidar hago la del hombre que tropieza con la misma piedra dos, tres y cien veces.

El último artículo de Tomás Eloy a raíz del Bicentenario argentino habla de Historia. De la que se cuenta y de la que se calla, de cómo se van divorciando la idea de país y la realidad, y aunque habla de Argentina, no puedo evitar leer Venezuela una y otra vez.

"Mucha de la infelicidad argentina nace de una lección que la realidad siempre contradice. A los niños se les enseña en las escuelas que son hijos de un país grande acechado por desgracias de las que no es responsable."

Mismo mal, distinto síntomas. A veces nos parecemos tanto que creo que por eso se me hace difícil vivir el duplicado, el déjà vu de la cacerola o el del piquete, rituales forzados que ya carecen de impacto y que perdieron su significado. Einstein decía de que los locos son los que haciendo lo mismo esperan resultados diferentes... ¿existirá la locura continental?

"El peronismo domina la política argentina aun desde antes de que Perón regresara de su exilio en Madrid en 1973. Con el paréntesis de las dictaduras militares -que trataron, en vano, de aniquilarlo- se ha mantenido en el poder de una manera u otra hasta hoy y es posible que siga prevaleciendo durante otras dos o tres generaciones. Nadie, sin embargo, sabe con certeza qué es el peronismo. Y porque nadie sabe qué es, el peronismo expresa el país a la perfección. Cuando un peronismo cae, por corrupción, por fracaso o por mero desgaste, otro peronismo se levanta y dice: "Aquello era una impostura. Este que llega ahora es el peronismo verdadero". La esperanza del peronismo verdadero que vendrá está viva en Argentina desde hace décadas, como si se tratara de un imposible Mesías que iluminará el fin de los tiempos, cuando el país recuperará la grandeza de una vez para siempre."

Si tienen chance lean completo el artículo de El País y ejerciten su memoria recordando a este hombre que contando historias luchó en contra de la cómoda amnesia colectiva, que me ayudó -junto a Quino, otro genio- a entender muchas cosas de Latinoamérica en general y de Argentina en particular, y que en el Malba hace 6 años me miró con cara de bravo mientras le tomaba la foto que ilustra esta nota.

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